Nuestro estilo y gustos a la hora de patinar influyen muchísimo en la talla que debemos elegir.
Si hablamos con certeza técnica, uno de los factores fundamentales es que las tablas más anchas te van a aportar un ride más «suave» y controlado a velocidades más altas. Su mayor superficie te aportará, además, una facilidad extra a la hora de tener un buen «catch» y te facilitará caer los trucos. Así que(si tenemos en cuenta estos datos), si lo tuyo es reventar grandes gaps y patinar a toda velocidad, una tabla más ancha será la clave. Esto incluye también a los skaters de estilo «vertical» (rampas, half-pipe, pool, etc…) ya que, debido a las velocidades a las que patinan, las transiciones que funden y sus trucos aéreos, no es de extrañar ver en sus pies tablas de entre 8,4″ a 9″ de ancho que les brinden un mayor control y estabilidad sobre el patín.
Pero sí hay un detalle que debes conocer sobre las tablas más anchas… Y es que, precisamente por ser más anchas, hay un par de detalles negativos a tener en cuenta, ya que pesan más que las tablas más estrechas y son más difíciles de hacer girar, por lo que necesitarás más destreza y fuerza en las piernas para hacer tus «fliptricks».
En cambio, de manera contraria a las tablas anchas, las tablas más estrechas son más ligeras y fáciles de girar, con lo cual son perfectas para aquellas personas que estén introduciéndose en el skateboarding, ya que les será más fácil aprender los trucos y requiere de menos fuerza para hacer tus «fliptricks». Este tipo de tabla es la más elegida entre riders de estilo más «trickero» o de «street» (trucos en suelo liso, «combos», cajones, barandillas, etc…).
Pero, como es de suponer por lo que hemos mencionado antes, una tabla más estrecha te aporta una menor estabilidad si patinas rápido y te aporta menos espacio para hacer un «catch» perfecto al caer los trucos.